Por Germán Suarez
El Gobierno Nacional eligió una fecha histórica y significativa en Argentina "para recuperar la calle": el Día Internacional de los Derechos Humanos y la Recuperación de la Democracia en el país.
Luego de un año agitado, con diferentes focos de conflicto entre los que se encuentran la pelea con el Multimedios Clarín que se resiste a cumplir la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, con el frente sindical Moyano-Micheli reclamando por la suba del piso del impuesto a las ganancias de un sector minúsculo de los asalariados, y las dos grandes manifestaciones convocadas por partidos de derecha y con amplia difusión en los medios opositores enarbolando reclamos válidos como la inseguridad o el control de la inflación y otros no tanto, como los desesperados pedidos para volver a comprar dólares o directamente el anhelo de la muerte de la Presidenta.
Pero donde el Gobierno también ha sabido gestionar y obtener logros importantes para la población como la Nacionalización de YPF, la urbanización de distintos barrios marginales y las políticas anti-cíclicas para hacer frente a una terrible crisis económica mundial, preservando las fuentes de trabajo.
En este contexto el kirchnerismo organizó una gran fiesta popular, que a los allí presentes nos hizo recordar los festejos por el Bicentenario. Buena organización en los distintos stands sobre las diagonales Norte y Sur, entre los que se destacaban los de Organismos de Derechos Humanos como Abuelas, Madres de Plaza de Mayo en sus dos líneas, Familiares, etc, como así también el Inadi y el Registro de Chicos Extraviados.
También se hicieron presentes las provincias y las distintas Colectividades del mundo entero. Un hecho que llamó la atención fue la presencia de muchos stands culturales, destacándose distintas publicaciones como Sueños Compartidos, Garganta Poderosa, Barcelona, Cítrica y Camino Propio, o ediciones Ciccus, entre otras.
Poder de convocatoria
Avenida de Mayo fue elegida para el desfile de comparsas y grupos de danzas de toda América. Muchos grupos musicales se hicieron sentir en los distintos escenarios, como así también hubo actividades para los más pequeños. El clima festivo, de alegría y paz invadió todo el centro porteño desde el Obelisco hasta la Casa Rosada.
Ya en la Plaza de Mayo. el escenario más importante fue el lugar donde desparramaron su arte desde Fito Paéz, Charly García, Víctor Heredia y Teresa Parodi hasta Carlos Vives y Fuerza Bruta.
En horario central y ante una plaza colmada por las distintas organizaciones que apoyan al gobierno, como Nuevo Encuentro, Kolina, Túpac Amaru, La Cámpora y otras, Cristina Fernández entregó los premios Azucena Villaflor a distintas personalidades del ámbito cultural y social, como Susana Trimarco, León Ferrari, Darío Grandinetti, Victor Hugo Morales, Juan Gelman y Daniel Barenboim entre otros. También la presidenta dio un discurso emotivo por momentos, recordando a los grandes protagonistas de la Democracia Argentina como Yrigoyen, Perón, Evita, Alfonsín y Nestor Kirchner, y más duro en otras oportunidades, debido a la compleja situación judicial que se vive en estos días.
Los medios que han dado cobertura a esta fiesta popular calculan que la concurrencia superó el medio millón de personas. Algunos más, algunos menos, quedó la sensación de que el poder de convocatoria del gobierno nacional fue ratificado.
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