jueves, 21 de noviembre de 2013

Buscan a Luciano Arruga

Luego de 33 días de vigilia y acampe de los familiares y amigos de Luciano Arruga, equipos forenses, trabajan en el ex destacamento policial en el que estuvo detenido ilegalmente el menor que fue visto por última vez el  31 de enero de 2009.


Un equipo de forenses comenzó a trabajar en la casa de Lomas del Mirador, donde hasta el año 2011 funcionó un destacamento policial, en busca de indicios que puedan dar cuenta de la presencia en ese lugar de Luciano Arruga, el adolescente de 16 años que lleva casi 5 desaparecido. El menor ya había estado detenido ilegalmente en ese lugar en otras oportunidades, donde la familia supone que fue asesinado.
La principal hipótesis es que, como  la policía le había ofrecido a Luciano que robara para ellos, y el chico se negaba, lo perseguían y detenían sistemáticamente. Vanesa Orieta, hermana de la victima declaró que “le  habían ofrecido armas y liberarle la zona”. Asimismo, ella y su mamá fueron testigos de una golpiza por parte de los policías a Luciano.

Silencio cómplice

Cuando iniciaron la vigilia, hace más de un mes, a través de un comunicado los familiares y amigos del chico desaparecido expresaron que no entendían “por qué no actuaba la justicia, por qué nos mienten los funcionarios, por qué no se investiga el lugar”.
“Muchos fueron los funcionarios locales, provinciales y nacionales que se comprometieron, pero no volvimos a saber de ellos, y ese silencio los hace cómplices”.
En febrero de este año, la causa que era investigada como “averiguación de paradero”, pasó a la justicia federal que ahora la investiga como “desaparición forzada de persona”.
Los 8 policías involucrados en la desaparición del chico, fueron removidos de la fuerza, aunque durante estos años sólo habían sido  trasladados a otras dependencias. Ninguno está imputado.
Por otro parte, los abogados de la familia Arruga, pidieron el juicio político para las fiscales y el juez que tuvieron la causa en los inicios, ya que delegaron la investigación en los policías acusados por la desaparición del menor, y por pinchar ilegalmente los teléfonos de la familia de la víctima, ya que los acusaban de conocer información sobre su paradero.
A casi 5 años de la desaparición del adolescente, y luego de más de 30 días de acampe, Orieta declaró que “lo que hemos aprendido en este tiempo, es que sólo a través de la organización y la lucha se consiguen los objetivos”.
El acampe va a continuar hasta que el ex destacamento no sea transformado en un lugar dedicado a la memoria y la cultura, como lo habían prometido las autoridades municipales de La Matanza.

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