“Muchas veces hay que ser destituyente”.
Tras 8 días de demoras y cancelaciones, el tren Sarmiento
volvió a funcionar con
normalidad, luego de que los trabajadores en conflicto acataran la conciliación
obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo.
Durante más de una semana el servicio de tren que une
Moreno con Once, se vio
entorpecido en su funcionamiento por un reclamo unilateral de un sector
gremialista encabezado por Rubén "El Pollo" Sobrero.
El reclamo gremial, al que Sobrero definió como quite de colaboración,
fue para exigir
un aumento salarial del 40%, y una indemnización por haber pasado de la empresa
TBA al
Estado. El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, rechazó el
reclamo porque dijo, que “no corresponde. No vamos a pagar
con fondos públicos una indemnización por despidos, cuando no hubo ningún despido, ni
han perdido ninguno
de los derechos laborales adquiridos. Ni antigüedad, ni
categorías, ni vacaciones”.
Sergio Siasia, titular de la Unión Ferroviaria, explicó
que su sindicato no reclamará por
esa indemnización, y cuestionó a Sobrero por haber tomado “una medida
inconsulta,
que afectó a los usuarios y entorpeció las negociaciones salariales”.
A lo largo de los 8 días de conflicto, las miles de
personas que viajan en el Sarmiento diariamente, fueron rehenes de un grupo minúsculo de trabajadores, liderados por un
sindicalista más preocupado por trabajar de opositor al gobierno, que por defender a los trabajadores.
Con demoras de 40 minutos o más, y algunas cancelaciones,
los trenes iban abarrotados
de pasajeros que llegaron tarde a sus trabajos, a estudiar o a atenderse en algún
hospital.
La gran mayoría de los usuarios del Sarmiento son trabajadores y estudiantes que toman
el tren porque
es la forma más rápida de llegar y la más económica.
“Golpear hasta que los pongamos de rodillas”
En medio del conflicto, se difundió un video en el que
Sobrero en una asamblea gremial, advertía que el conflicto iba a ser muy largo, y les pedía a sus compañeros
“golpear y
golpear hasta que los pongamos de rodillas” (al gobierno).
También se dio a conocer otro video de diciembre del año
pasado, que pone aún más
en evidencia los verdaderos motivos que mueven a Sobrero. Dirigiendose a sus
compañeros, el sindicalista dice, “nosotros veníamos anticipando que la masacre de
Once iba a pasar porque toda la plata
que ponía el Estado se la llevaban a las Islas
Caimán y acá nos dejaban los trenes atados con alambre”.
“Nos decían que éramos golpistas, que éramos
destituyentes.Y muchas veces hay
que ser destituyente. Porque si un gobierno no te puede garantizar que anden los
trenes,
que tengas luz, que tengas teléfono, que tengas gas, ¡si son tan inútiles se
tienen que ir a la mierda!”.
Lamentable momento para un gremialista que luchó durante
años contra los malos
manejos de TBA, y se presentaba así mismo como distinto en comparación con la
burocracia sindical más rancia.