SOBRE EL EXITISMO Y OTRAS CUESTIONES
Por Germán Suarez

Leyendo las distintas opiniones tanto de periodistas como de amigos personales y de foristas en sitios deportivos e incluso boxísticos sobre la derrota de Maravilla Martínez ante el gran boxeador boricua Miguel Cotto, no puedo más que embroncarme y hasta fastidiarme.
Debido a la victoria del Capitalismo, vivimos en una sociedad exitista, individualista y resultadista, eso ya lo sabemos todos, siempre debemos ganar, en cualquier ámbito.
Debemos ganar en el deporte, debemos ganarle al compañero de trabajo, debemos ganarle al de adelante para llegar primero al peaje.
Los que en este momento, a pocas horas de la derrota, están criticando de forma lapidaria, están crucificando y están mofándose de Sergio Martínez, son los mismos que siempe han criticado a Gaby Sabatini por no llegar al número 1? O a Reuteman por no salir campeón? O se alegraron cuando a Diego se lo llevó de la mano la blonda enfermera? O cuando pierden Los Pumas? Son los que esperando que la Selección fracase en Brasil 2014 para caerle a Messi con piedras y palos?
Se puede discutir sobre los estilos, los gustos o las simpatías, pero nadie puede ignorar que Sergio siempre dejó su corazón en el ring.
Que tiene las piernas flojas? Quizás, sobre todo luego de las lesiones. Que es sobrador al pelear con guardia baja? Negativo, lo hace para descansar los brazos y de acuerdo al desarrollo de la pelea y al rival. Que es agrandado? Tampoco; Sergio entiende el show del boxeo y se presta a ese juego (si lo hace un yankee es divertido, si lo hace un argentino es canchero…)
Sinceramente no recuerdo las opiniones de los que ahora critican a Sergio luego de su gran victoria sobre Paul Williams o de su magistral clase de boxeo brindada ante César Chávez Jr.
Sergio es un tipo que anda cerca de los 40 años, el tiempo pasa, pero claro, obvio que pasa. Toda su vida dedicada al boxeo. Entregando todo de sí mismo. Un record nada despreciable: 58 ganadas, tan solo 3 perdidas.
Sergio es uno de los tantos desterrados de principios de siglo, que volvió a su país como Campeón, sin rencores, con la celeste y blanca en la piel.
Todos pierdes alguna vez. Hubiera sido más fácil no presentarse, pero el boxeo no es así. El boxeador asume sus compromisos y va al frente. A veces se gana, a veces se pierde. Y hoy le tocó perder. La vida misma es así. Es de Grande también aceptar la derrota.
En definitiva, quisiera ver a los que hoy se ríen de Sergio, que harían en esos 36 metros cuadrados, donde te sacan hasta el banquito.
En la derrota brindo por vos, Campeón. Salud.
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