¿Falla mecánica o humana?
Una vez más el ferrocarril Sarmiento volvió a cobrarse
vidas. Las 3 víctimas fatales de Castelar deben sumarse, no sólo a las 52 de la tragedia de Once, sino a aquellos que
murieron por cruzar con las barreras rotas y por pasos a nivel que deberían haber estado cerrados, y pasar por debajo,
lo cual hubiese reducido notablemente la cantidad de
accidentes.
El jueves 13 de junio a las 7:07, a metros de la estación
Castelar, un tren con destino a Moreno, embistió a otro que estaba parado en las vías e iba en la misma dirección,
dejando 3 muertos y 315 heridos. Las víctimas fueron trasladadas a hospitales de la zona y distritos vecinos.
Uno de los fallecidos era de Moreno, del Barrio La Perlita.
El accidente se produjo porque el tren no frenó. Ahora
será la justicia la que tendrá que establecer que fue lo que realmente sucedió. Si se trató de una falla mecánica,
como sostienen los gremialistas ferroviarios, o si se debió a un error humano, como creen las autoridades nacionales.
Asimismo deberá establecerse si las señales funcionaban
correctamente.
El Ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo,
explicó que “el tren salió de Once y frenó sin inconvenientes en Flores, Liniers y Morón. Desde que salió de Morón, la
velocidad fue siempre en ascenso, nunca disminuyó, a pesar de que en ese trayecto había cuatro señales, una de
advertencia, para reducir la velocidad, y otras tres de peligro para frenar”.
Apoyando esa versión, desde la Comisión Nacional de Regulación de Transporte
(CNRT), indicaron que “no hay ninguna evidencia física ni mecánica de que el conductor haya intentado frenar la
formación, ya que la palanca de velocidad quedó en el máximo y el panel del freno no fue activado. La formación
accidentada había pasado una revisión general”.
Por su parte, el gremio La Fraternidad, sostuvo que la
formación que chocó a la que estaba parada, tenía problemas de freno.
En relación con las señales, la CNRT, sostuvo que “las
señales funcionan bien, por eso el tren embestido estaba detenido, porque las había visto. La primera estaba en
naranja, que significa precaución, la segunda estaba apagada, por lo que el conductor debía frenar; y las últimas dos
estaban en rojo, advirtiendo el peligro inminente y era obligatorio frenar”.
El maquinista del tren, Daniel López, por el contrario,
declaró ante la justicia que vio una señal roja y que cuando quiso frenar, no le respondieron los frenos. “La
formación andaba perfectamente hasta los últimos minutos en que no funcionaron los frenos”, explicó.
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