viernes, 22 de febrero de 2013


“No fue un accidente, si no un crimen social  largamente anunciado”

Familiares de las víctimas y heridos de la tragedia de Once, conmemoraron el primer año del accidente ferroviario que dejara 51 muertos y más de 700 heridos. Duras críticas al gobierno nacional.


A través de dos actos, uno a la misma hora del siniestro, y otro a la tarde, se recordó el primer aniversario del trágico día. Mediante la lectura de un comunicado, se repasaron los hechos, y se expusieron severas críticas contra funcionarios nacionales, especialmente contra la Presidenta, Cristina Fernández.
“Después de inexplicables días de silencio, atribuyó al pago de la deuda la insuficiencia de inversiones en el sector, ocultando la realidad de los subsidios millonarios que la concesionaria recibió durante años de las arcas del Estado”.
“Hubo a lo largo de estos años estallidos populares espontáneos que daban cuenta del deterioro que no garantizaba las condiciones básicas para el funcionamiento seguro del tren”, sostuvieron.
“A un año de la masacre, y a pesar de los avances de la causa penal, que al agravar los procesamientos contra los ex funcionarios, reconoce la ineludible responsabilidad del Estado, el poder ejecutivo soslaya una y otra vez mediante un agraviante silencio toda referencia a las victimas. Los rimbombantes anuncios sobre el mejoramiento de la infraestructura ferroviaria evitan toda mención a la tragedia. Silencio, anuncios épicos, e insólita autovictimización contrastan contra la evidencia de los hechos”, indicaron en el pasaje más duro.
Finalmente, sostuvieron que “no fue una fatalidad ni un accidente, sino un crimen social largamente anunciado. Que este crimen no quede impune”.

La tragedia, a juicio

Con relación a la causa sobre el accidente, se dio a conocer la elevación a juicio por la tragedia. Para el fiscal, el maquinista, los empresarios de TBA, y los ex Secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, deben afrontar un proceso oral por descarrilamiento culposo. Estos últimos y los empresarios, están acusados también por defraudación, al no haber utilizado de manera adecuada los subsidios estatales en el mantenimiento de los trenes, según correspondía por el contrato de concesión.
En cuanto al maquinista Marcos Córdoba, se lo acusa de haber ingresado a la estación de Once a una velocidad excesiva y con el freno de hombre muerto anulado. Esta situación favorece a los empresarios a cargo de TBA, ya que ellos insisten en que Córdoba se quedó dormido o se desmayó, porque las pericias realizadas en el tren siniestrado demostraron que frenaba.
Sobre los empresarios pesa la acusación de descarrilamiento culposo y defraudación. Los responsables de la concesión quedaron muy comprometidos por la transcripción de los diálogos entre los maquinistas y la base central de Once, días antes del accidente. Los conductores hablaban de fallas en los frenos y dificultades en las formaciones. A partir de esa prueba, el fiscal sostiene que se podría haber evitado la tragedia del 22 de febrero.
En cuanto a la defraudación, se da por probado que no se usaron los subsidios del Estado en el mantenimiento de los trenes.
Por último, Jaime y Schiavi, están acusados de no hacer caso a las advertencias de la Auditoría General de la Nación, que en varias oportunidades había señalado las falencias en el mantenimiento. Para el fiscal, el control que hacían de la concesión fue inadecuado, ya que no se tomaron medidas importantes.
A un año de una de las mayores tragedias ferroviarias ocurridas en el país, y a pesar de las promesas de mejoras y los cambios de autoridades, el servicio de trenes que une Moreno con Once, se sigue prestando con muchas y notables deficiencias.


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