“No fue un accidente, si no un crimen social largamente anunciado”
Familiares de las víctimas y heridos de la tragedia de
Once, conmemoraron el primer año del accidente ferroviario que
dejara 51 muertos y más de 700 heridos. Duras críticas al gobierno nacional.
A través de dos actos, uno a la misma hora del siniestro,
y otro a la tarde, se recordó el primer aniversario del trágico día. Mediante la lectura de un comunicado, se
repasaron los hechos, y se expusieron severas críticas contra funcionarios nacionales, especialmente
contra la Presidenta, Cristina Fernández.
“Después de inexplicables días de silencio, atribuyó al
pago de la deuda la insuficiencia de inversiones en el sector, ocultando la realidad de los subsidios
millonarios que la concesionaria recibió durante años de las arcas del Estado”.
“Hubo a lo largo de estos años estallidos populares
espontáneos que daban cuenta del deterioro que no garantizaba las condiciones básicas para el
funcionamiento seguro del tren”, sostuvieron.
“A un año de la masacre, y a pesar de los avances de la
causa penal, que al agravar los procesamientos contra los ex funcionarios, reconoce la ineludible
responsabilidad del Estado, el poder ejecutivo soslaya una y otra vez mediante un agraviante silencio toda
referencia a las victimas. Los rimbombantes anuncios sobre el mejoramiento de la infraestructura ferroviaria
evitan toda mención a la tragedia. Silencio, anuncios épicos, e insólita autovictimización contrastan contra la
evidencia de los hechos”, indicaron en el pasaje más duro.
Finalmente, sostuvieron que “no fue una fatalidad ni un
accidente, sino un crimen social largamente anunciado. Que este crimen no quede impune”.
La tragedia, a juicio
Con relación a la causa sobre el accidente, se dio a
conocer la elevación a juicio por la tragedia. Para el fiscal, el maquinista, los empresarios de TBA, y los ex
Secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, deben afrontar un proceso oral por
descarrilamiento culposo. Estos últimos y los empresarios, están acusados también por defraudación, al
no haber utilizado de manera adecuada los subsidios estatales en el mantenimiento de los trenes,
según correspondía por el contrato de concesión.
En cuanto al maquinista Marcos Córdoba, se lo acusa de
haber ingresado a la estación de Once a una velocidad excesiva y con el freno de hombre muerto
anulado. Esta situación favorece a los empresarios a cargo de TBA, ya que ellos insisten en que Córdoba se
quedó dormido o se desmayó, porque las pericias realizadas en el tren siniestrado demostraron que
frenaba.
Sobre los empresarios pesa la acusación de
descarrilamiento culposo y defraudación. Los responsables de la concesión quedaron muy comprometidos por la
transcripción de los diálogos entre los maquinistas y la base central de Once, días antes del accidente. Los
conductores hablaban de fallas en los frenos y dificultades en las formaciones. A partir de esa prueba,
el fiscal sostiene que se podría haber evitado la tragedia del 22 de febrero.
En cuanto a la defraudación, se da por probado que no se
usaron los subsidios del Estado en el mantenimiento de los trenes.
Por último, Jaime y Schiavi, están acusados de no hacer
caso a las advertencias de la Auditoría General de la Nación, que en varias oportunidades había señalado las
falencias en el mantenimiento. Para el fiscal, el control que hacían de la concesión fue inadecuado, ya que
no se tomaron medidas importantes.
A un año de una de las mayores tragedias ferroviarias
ocurridas en el país, y a pesar de las promesas de mejoras y los cambios de autoridades, el servicio de
trenes que une Moreno con Once, se sigue prestando con muchas y notables deficiencias.
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